Raviolis de pollo con mantequilla de limón quemada

 

Ingredientes:

Para los raviolis (si los haces caseros):

  • 200 g de harina (tipo 00 o de fuerza)

  • 2 huevos

  • Una pizca de sal

Para el relleno:

  • 200 g de pechuga de pollo cocida o salteada

  • 50 g de queso crema o ricotta

  • Sal y pimienta al gusto

  • Nuez moscada (opcional)

  • Ralladura de limón (opcional, para realzar el relleno)

Para la mantequilla de limón quemada:

  • 80 g de mantequilla sin sal

  • Ralladura de 1 limón

  • Zumo de medio limón

  • Sal en escamas o flor de sal

  • Pimienta negra recién molida

Preparación:

1. Preparar la pasta (si es casera):

  • Hacer un volcán con la harina y poner los huevos en el centro.

  • Amasar hasta obtener una masa lisa. Reposar tapada 30 minutos.

  • Estirar la masa fina y cortar en tiras o círculos para formar los raviolis.

2. Preparar el relleno:

  • Triturar el pollo cocido junto con el queso crema hasta obtener una pasta homogénea.

  • Salpimentar y añadir un toque de nuez moscada y ralladura de limón si se desea.

  • Colocar pequeñas porciones sobre la pasta, cubrir y cerrar los raviolis presionando bien los bordes.

3. Cocinar los raviolis:

  • Hervir en abundante agua con sal durante 2–3 minutos si la pasta es fresca.

  • Escurrir con cuidado.

4. Preparar la mantequilla de limón quemada:

  • En una sartén pequeña, derretir la mantequilla a fuego medio-bajo.

  • Dejar que burbujee y tome un tono dorado (olor a avellana). No remover demasiado.

  • Retirar del fuego, añadir inmediatamente la ralladura y el zumo de limón con cuidado (puede chispear).

  • Añadir sal y pimienta al gusto.

5. Montar el plato:

  • Disponer los raviolis en platos individuales o en fuente.

  • Rociar con la mantequilla caliente por encima.

  • Decorar con más ralladura de limón, perejil picado, o unas lascas de queso curado si se desea.

Variantes:

  • Puedes añadir espinacas al relleno para una versión más vegetal.

  • Si usas raviolis comprados (rellenos de pollo u otro sabor), la mantequilla de limón quemada realzará igualmente el plato.

  • Para un contraste más profundo, puedes incorporar unas alcaparras fritas o avellanas tostadas picadas al emplatado.